El agua fría tiene muchos beneficios para la salud. Esta actividad es cada vez más popular debido a los beneficios para la salud física y mental de ponerse en forma. En el momento en que el termómetro desciende por debajo de los 14 grados en el agua, es hora de salir al exterior. Lo principal es hacer todo gradualmente, acostumbrar gradualmente el cuerpo y sintonizar la meta antes del baño frío.
Debe recordarse que los baños fríos deben suspenderse si aparecen hipotermia – ligeros escalofríos, temblores y escalofríos del cuerpo es la primera señal de que está perdiendo calor. Los baños fríos se pueden practicar tanto en la ducha como en la bañera, o en la piscina más cercana. Hay piscinas donde el abulón no se congela en invierno, porque los nadadores locales de clima frío van allí todos los días.
Los baños fríos fortalecen la fuerza de voluntad
Una ducha fría es un buen ejercicio para desarrollar la fuerza de voluntad, porque sin fuerza de voluntad no pasa nada en la vida. La fuerza de voluntad es como un músculo: debe ejercitarse regularmente para fortalecerse. Al principio, medio minuto o un minuto en un día de baño frío será suficiente. Antes de salir de la ducha caliente, abra el agua fría y quédese debajo de ella todo el tiempo que pueda o durante un minuto. Sí, es agradable al principio, pero ahí es donde se encuentra la base. El beneficio será que saldrás de la ducha en un estado relajado, alerta y concentrado. Al convertirlo en un hábito, fortalecerás tu fuerza de voluntad en todos los ámbitos de la vida.
Los baños fríos desarrollan la paciencia.
Hay que saber superar malestar. Comenzando poco a poco, te entrenas para no reaccionar a las sensaciones físicas desagradables. Con el tiempo, transfieres esta habilidad a otras áreas de la vida. Si algo te molesta, aprenderás a controlarte. ¿Cómo se relaciona todo esto con una ducha fría? Muy simple: una ducha fría aumenta la capacidad de soportar la incomodidad y ayuda a reducir el nivel general de estrés en la vida. Al fortalecer tu fuerza de voluntad, desarrollas tu paciencia. A medida que se vuelve más paciente, aprende a aceptar los cambios que suceden en su vida. Esta aceptación de la situación está directamente relacionada con la gratitud. Si no aprendemos a aceptar lo malo, no podremos apreciar lo bueno.
Centrándose en la respiración en el baño frío.
No en vano muchos practicantes de la natación en frío practican ejercicios de respiración consciente - pranayama. Cuando nos enfocamos en nuestra respiración, nos enfocamos en ese momento en particular. Un baño frío potencia este efecto. Mientras estamos en agua fría, respiramos más rápido y con más frecuencia, pero nuestra atención simplemente no puede cambiar al futuro o al pasado. Nos enfocamos en este momento en particular. Resulta que cada baño frío es como una breve meditación y una oportunidad para olvidarnos por un rato de los problemas y angustias que nos acompañan cada día.
Un baño frío te enseña a estar más tranquilo
Si tomas una ducha fría con regularidad, notarás inmediatamente un cambio en tu estado de ánimo: te volverás más tranquilo, más enérgico y más disciplinado. Una ducha fría siempre te recordará que no eres peor que los demás, todos somos iguales. Por muy fuerte que parezca una persona, un baño frío “pone a cada uno en su sitio”.
Más artículos sobre este tema, baños fríos.